Hoy entrevistamos a Bony Simonovis, abogada y locutora venezolana.
Graduada en la UCAB, con especialización en Ciencias Penales y
Criminológicas. Locutora graduada en la UCV en el 2010, conductora
del programa radial “Mujeres de armas tomar” entre 2009 y 2011. Cofundadora y directora ejecutiva de “Observatorio de Justicia”, asociación civil basada en
la defensa y promoción de los derechos humanos de primera generación.
Miembro de la Comisión Nacional Unitaria de DDHH y Justicia de la MUD. Esposa y abogada defensora de Iván Simonovis, preso político de
Hugo Chávez, desde el 22 de noviembre de 2004. Uno de los 20.000
trabajadores botados de PDVSA en 2003.
Se habla mucho de los presos políticos. Tu
esposo es un caso emblemático, para muchos es el primer preso político del
régimen. Hoy en día y después de tantos años, ¿sientes que el venezolano se ha olvidado
de Iván?
Realmente luego de casi 12 años
del injusto encarcelamiento de Iván, siento como el primer dia, que esta cruz
se ha hecho más leve y llevadera gracias a tantos venezolanos solidarios con nuestros
presos, perseguidos y exiliados políticos venezolanos y su respaldo incondicional a nuestras familias.
¿Que
ha perdido la familia Simonovis en estos 12 años?
La vida de nuestra familia se quedó paralizada en el tiempo.
Iván
nunca ha estado preso solo. Hemos compartido como familia, enfocándonos en lo positivo que tiene
cada situación, incluso las peores, como visitar a su papa en la cárcel, entre
cucarachas y ratas, las requisas, los maltratos, la injusticia, ver esposado a
Iván, confinado a una celda en precarias condiciones, sin luz natural,
dependiendo de nosotros para todo, desde su comida, hasta su ropa.
Durante el juicio, nos
maltrataron continuamente, aplicándonos técnicas dilatorias y maquiavélicas que
pretendían acabar con nuestra fe, tanto como con nuestro ánimo y dignidad.
Como si esto fuera poco, en sus programas, columnas, discursos y demás medios
comunicacionales, funcionarios de este gobierno se refirieron a Iván y a
nuestra familia, insultándonos directa e indirectamente, casi con fines de
entretenimiento público. En el caso de la familia Simonovis, hemos sido víctimas de esta violencia, ejemplo de ello es: la bomba
molotov lanzada cobarde y anónimamente en la puerta de nuestra casa; mensajes
de texto y en las redes sociales amenazando la integridad moral y física de mi
familia; los impedimentos arbitrarios de ver a Iván en las visitas; los
adjetivos calificativos degradantes que han utilizado para mencionarnos diferentes personeros del gobierno.
Siempre supimos lo que estábamos perdiéndonos mientras Iván
ha estado preso y decidimos valorar cada recuerdo, intentando llevar una
dinámica lejos del resentimiento. Sin embargo momentos importantes para mis
hijos, como su comunión, sus graduaciones, enfermedades, nuevos amigos,
transcurrieron sin que Iván pudiera estar a nuestro lado, reconfortándonos con
su presencia. Ha sido un proceso de duelo permanente, con múltiples pérdidas de
todo orden y con alta carga emocional. Y
me pregunto: ¿Quién resarcirá a las familias de nuestros
presos, perseguidos y exiliados políticos venezolanos por este inmenso
sufrimiento durante estos largos años de injusto procesamiento y condena?
¿Quién limpiará la honra de quienes han sido humillados por un régimen
violatorio de los más elementales DDHH?
Con
Iván ahora en casa. ¿Que tan difícil ha sido volver a la cotidianidad del
hogar?
Iván sigue preso, pero en casa. La prisión se trasladó a
nuestro hogar. Iván carece de libertad plena, no puede dar declaraciones ante
medios de comunicación social públicos o privados, y tampoco a través de las
redes sociales. Tiene que presentar cada 3 meses informe actualizado de su
estado de salud.
Después de casi 10 años de prisión,
Iván recibió la medida de detención
domiciliaria por razones de salud, con un grave deterioro de su salud física,
mental y de su equilibrio psicosocial. Entre ellas: hipertensión arterial, taquicardia, osteoporosis y dolores
musculares, problemas gastrointestinales, secuelas de una enfermedad
degenerativa de la columna vertebral y estrés postraumático y trastornos
graves de sueño.
Sigue siendo una situación de estrés
sostenido para la familia, para mis hijos. Toda nuestra rutina familiar se
trastoco nuevamente. Ahora estamos todos presos en la casa. No puedo vivir como
viviría una familia normal. Todo debe hacerse dentro de la casa porque Iván no
puede salir, sigue preso. Cada cumpleaños, o fecha a celebrar debe hacerse en
nuestro hogar. Hemos debido aprender a estar vigilados por funcionarios del
Sebin las 24 horas del dia. Cada vez que salimos en carro de la casa, los
funcionarios nos revisan hasta la maleta. Chequean a cualquier persona que venga
a visitarnos, incluyendo a nuestros hijos, les toman fotos, le piden su numero
de cédula y le exigen expliquen el motivo de la visita.
Mi familia en estos momentos no está completa. Nuestros
hijos, sobrinos crecieron, mi mamá murió, el país cambió. Es una situación
difícil, complicada, llena de heridas emocionales que espero se curen algún
día.
Cuéntame
un poquito del libro Iván Simonovis, el prisionero rojo. ¿Qué tal la
receptividad de la gente?
El
Prisionero Rojo es la autobiografía de Iván Simonovis, donde además de hablar
de la vida personal y profesional, se explica con detalle como fue perseguido,
detenido, enjuiciado y condenado sin pruebas, se evidencia el manejo
tendencioso del caso. Esperamos que los capítulos del libro, en especial los
relacionados al juicio, sean analizados en foros y diferentes facultades de
derecho para que los futuros abogados, jueces y fiscales de la nación
aprendan como NO debe ser usada la ley e inclinar la balanza hacia la
injusticia.
Se
han vendido casi 10.000 copias. Los interesados pueden contactar la cuenta en
Twitter @elprisionerorojo
Hablemos
un poco de ti. ¿Que tal tu experiencia en radio? ¿Como surge la idea de entrar
en ese mundo?
Junto
a un grupo de amigas, familiares de víctima de persecución política venezolana. y gracias al apoyo solidario de Jaime
Nestares en Radio Caracas Radio, tuvimos la oportunidad de tener al aire por
más de un año el programa radial semanal “Mujeres de Armas Tomar” para mantener
presente en la opinión pública venezolana los casos de persecución política e
informar con argumentos coherentes desde el punto de vista legal (derivado de
la experiencia como abogadas defensoras en casos de persecución política en
Venezuela); argumentos coherentes desde el aspecto emocional y personal (derivados
de las vivencias como familiares de víctimas de la persecución política en
Venezuela).
¿Piensas volver con algún programa más adelante?
Aún
cuando no es fácil hacer radio en Venezuela en estos momentos de crisis, si se
diera la oportunidad, lo haría.
Eres
una persona musical. Ya nos conocíamos, pero hace unos años coincidimos en un
concierto maravilloso. La gira donde Yordano anuncia que padece una enfermedad
y va ser operado en los EE.UU. ¿Que escucha Bony?
En cuanto a la música que escucho, realmente me
considero que soy una persona que me quedé como en los años ochenta. Siempre me
ha encantado Mecano, Miguel Bosé, Luis Miguel. De los venezolanos, Karina, Ricardo
Montaner, Franco de Vita, Simón Díaz, Carlos Baute, Vos Veis, Melissa, Chino y
Nacho, Reinaldo Armas, José Luis Rodríguez. El Puma fue un clásico, pues como
mi familia tiene ascendencia europea amaban Julio Iglesias y yo oía a José Luis
Rodríguez. También música de los setenta como los Beatles, Bee Gees, ABBA,
Village People, Pink Floyd, Donna Summer, David Bowie. U2, Madonna, Lionel
Ritchie, Sinead O Connor. Me gusta la música ligera tipo Julieta Venegas y por
supuesto amo a Yordano. Siempre lo voy a sentir como una parte de mi vida. Cada
vez que oigo una canción de Yordano me transporta automáticamente a aquella época
en que estudiaba en la universidad, era muy feliz y sí lo sabía.
¿Como
ves a Venezuela en 10 años?
Veo a una Venezuela grande, de progreso, de
futuro, unida por encima de cualquier ambición.
Sueño con
un país libre, honesto, tolerante, sin resentimiento, democrático, seguro,
unido, moderno, desarrollado, con justicia social, donde todos luchemos por
superar la pobreza, donde logremos la paz y el bien común, donde todos podamos
vivir en armonía, con iguales posibilidades y donde las promesas incumplidas no
existan.
Sueño con un país que camina hacia un verdadero
Estado de Derecho, con Seguridad jurídica y social, donde la Constitución y las
leyes se cumplan, con Separación de Poderes y donde el Sistema de
Justicia sea imparcial, ético, transparente, competente e independiente.
educado en valores y principios morales y éticos
Sueño con un país donde se respete y proteja la
dignidad humana, donde NO te persigan, ni te discriminen por pensar distinto,
que camine hacia la libertad de los injustamente encarcelados y perseguidos por
razones políticas.
Ignacio
de verdad, muchas gracias por la oportunidad. Siempre he dicho que lo peor que
le puede pasar a un preso político es que lo olviden. Gracias a iniciativas
como la tuya, la presencia y la voz de los presos políticos de quienes tienen
que estar injustamente tras las rejas puede ser escuchada y nunca olvidada.
Saludos solidarios.